Más
La violencia inherente en el proceso de creación centra el proyecto de Guillermo Ros (Vinalesa, 1988): la violencia que genera cualquier proceso de creación artística, una violencia cultural que legitima, justifica y promueve la idea de autoexplotación como necesidad personal para el artista, que vive muy frecuentemente en la precariedad. En la instalación de la Galería 6 del IVAM, Ros describe al artista como un ser violentado, absorbido por el trabajo y que olvida su propia condición física y mental.